Ginestra por Meritxell Estrada



Nacho. Qué bien lo pasamos, tan jóvenes, currando juntos aquellos años. En aquel dúplex del Carrer del Carme se pensaba un montón, se fumaba otro montón y como no, se curraba un huevo. Tanto, que recuerdo alguna mañana en la que el sol te pilló descansando en el estudio…y sí, te podía pillar con pocas horas de sueño, te podía pillar cansado pero lo que no recuerdo  que te pillase ni el sol ni nosotros, es de mal humor.  
            Y empezamos bastante a la par, dos juniors en un mundo de genios, aprendiendo de los mejores, que de vez en cuando se atrevían a asignarnos algún proyecto a los dos. Entre estos, recuerdo especialmente uno, muy tuyo…. Y todavía sobrevive, todavía existe, ¡y no sabes la ilusión que me hace cada vez que veo esta pieza antes de que empiece una película!
            Qué suerte haberte encontrado, qué suerte haber trabajado juntos, y es que creo que hemos estado rodeados de mucha suerte, porque… yo sigo pensando…qué probabilidad hay que dos personas se encuentren, después de bastantes años sin verse, un viernes cualquiera de verano, en un hotelito pequeño, en plena rioja alavesa y haciendo el mismo viaje a Galicia?
            Te recuerdo mucho, Nacho.

Nacho Ginestra — 18.02.23