Ginestra por Álvaro Ortiz



Yo estaba en mi primer trabajo, prácticas en El Sindicato. Daba soporte a 3 diseñadores gráficos. Nacho Ginestra era uno de ellos. Un día, había una presentación al día siguiente para una marca, una entrada de última hora. Ya teníamos el curro diario y teníamos que sumar la presentación. Yo empecé a tener dudas sobre si íbamos a llegar o no. El día iba pasando y mi tensión interior iba aumentando. En un momento Nacho vino y me dijo una frase que ha sido como un mantra para mí en mi trabajo. “Tranquilo Álvaro, siempre se llega.” Fue como un bálsamo de tranquilidad. Me relajé, me puse a trabajar y como no, llegamos a todo. Lo que no me explico es que esa noche no dormimos, montamos las piezas a las 8 de la mañana y cuando baje a la calle a desayunar, mi bicicleta ya no estaba, el dormir en la calle en el Raval supuso el hurto. 


“Siempre se llega.”

Si llegamos, es verdad, pero a qué precio. Infinitas horas, litros de Coca-Cola, montañas en los ceniceros, cajas de galletas en las papeleras y Serrat en bucle en mis oídos. Un placer haber aprendido de un magnate de la tipografía, su fuerte era la exquisitez tipográfica. Me enseñó a ver la belleza de la tipografía, no eran letras, eran formas que complementaban la imagen. Un placer haber trabajado con Nacho y compartir momentos épicos. Siempre se Llega, Siempre se Llega, Siempre se Llega, Siempre se Llega, Siempre se Llega, Siempre se Llega, Siempre se Llega, , Siempre se Llega, Siempre se Llega, Siempre se Llega………………………………………………………………"

Nacho Ginestra — 18.02.23